lunes, 13 de julio de 2009

Períodos apropiados de separación

"Los acuerdos de crianza referidos a niños menores de dos o tres años deben implicar transiciones frecuentes que aseguren la continuidad de ambas relaciones y su confort y seguridad. Se deben ebitar las separaciones prolongadas con objeto de minimizar la ansiedad de la separación y tener un contacto lo suficientemente frecuente y extenso con cada progenitor, de manera que el niño se sienta seguro, confiado y confortable en la relación con ambos. Lo ideal sería que pudiera interactuar con ambos padres a diario o cada dos días y en diversos contextos funcionales (alimentación, juego, disciplina, acostarlo, contarle historias...). Como la capacidad para tolerar las separaciones aumenta a los dos años, la mayoría pueden estar dos noches seguidas acon cada progenitor sin sufrir estrés. Se puede garantizar la continuidad del apego y minimizar la ansiedad de la separación evitando medidas que supongan alternar períodos más extensos, como 5-7 días (Kelly y Lamb, 2000).

Los preescolares pueden tolerar separaciones más prolongadas y sentirse cómodos pasando fines de semana extensos con cada progenitor, así como pernoctas durante la semana. Sin embargo, la mayoría experimenta estrés y se siente agobiado cuando la separación de cualquiera de sus padres dura más de tres o cuatro días. En casos excepcionales se podrían planificar unas vacaciones en las que el progenitor y los hermanos estuvieran totalmente dispuestos a disfrutar de unas actividades agradables y novedosas. Pero, incluso así, las separaciones durante las vacaciones deberían limitarse a unos siete días y programar varios intercambios en vez de hacer uno solo (Kelly y Lamb, 2000).

Aunque el niño de la etapa escolar presenta una mayor autonomía y capacidades (cognición, emoción y tiempo), de manera que la duración de las separaciones ya no es tan importante, sin embargo hasta los siete años (e incluso después) la mayoría sigue disfrutando con los encuentros semanales en vez de pasar períodos prolongados sin contacto. El niño de siete u ocho años maneja bien las separaciones de cinco o siete días en una programación regular y de dos semanas durante las vacaciones."

CANTÓN DUARTE, J. ; CORTES ARBOLEDA, M. R. Y JUSTICIA DÍAZ, M.D. (2007) CONFLICTO ENTRE LOS PADRES, DIVORCIO Y DESARROLLO DE LOS HIJOS. Madrid: Priámide. (Págs. 222).


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